--¡Sí me entiendes! --Santiago se había puesto de pie y su rostro había enrojecido de cólera en un instante. --¡Calmate, niño! No sé qué te ocurre. ¡Qué preguntas más absurdas haces! ¿Que dónde ha estado Bene? Pues últimamentetrabajandoenestacasa,yaquíseguirá,porque lo hace muy bien. --¿Qué es lo que hace muy bien? --le dijo Santiago mientras le impedía el paso, pues él se había levantado y