había conquistado la plena confianza de Miguel. A todos sus conocidos les ponía nombres extraños y dijo haber tenido una novia llamada Ipanema y otra Parafernalia. A sus mejores amigos los había bautizado como Cenizo, Baltimore, Uvedoble, Cicerón, Correoso, Muscles y Barbarroja. En verano solía tocarelbajoenunaorquestaqueibaporlos pueblos de verbena en verbena y a los otros músicos les llamaba Espartaco, Carisma, Dolomita, Frusfrús, Carajo y Ganapán. Pero a él no le gustaba ese