EMILIA.- Olvidalo. Anda, descansa un poco. (Adela se sienta ante el piano e interpreta durante diez o quince segundos acordes del Andante de la Sonata 331, de Mozart. Emilia y Eduardo permanecen quietos y callados. Cuandoreanudanlaconversación,Adeladejadetocary gira en el taburete para mirarles y escucharles.) EDUARDO.- ¿Te has fijado, Emi? Los castaños han empezado a florecer. EMILIA.- Estamos en