dentro, las manos ardientes sobre mis muslos, no podía pasar saliva y sin embargo parecía tranquila y tú lo comentabas: "¡Qué sedante eres Angelina, qué remanso, qué bien te sienta tu nombre, oigo un levísimo rumor de alas!"Yoestabacomodrogada,ocupabastodosmispensamientos, tenía un miedo espantoso de defraudarte. Te hubiera telegrafiado en la noche misma para recomponer nuestro encuentro, porque repasaba cada una de nuestras frases y me sentía desgraciada por
DIE:039.23
OCUPARI.5 - (Fig.) Preocupar, llamar [la atención de alguien]. Dar(le) que pensar