Texto contextualizado: |
las ramas secas de un rosal arañando mi ventana. Y, sin embargo, me atenazaba un miedo pavoroso que no podía resistir. Salí de mi habitación dispuesta a pedir ayuda a Santiago. El pasillo estaba iluminado por un resplandor que venía del extremo contrario. El dormitorio de Bene tenía la puerta abierta y la luz encendida. Me acerqué lentamente, controlando cada uno de mis pasos para no hacer ningún ruido. En aquel tiempo había aprendido a moverme por la casa como lo haría un auténtico |
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