Texto contextualizado: |
que no queda ya absolutamente posesión alguna que tomar, porque Isabel ya ha jurado y se ha recibido por reina de Castilla sin considerar ni aun mínimamente necesario el esperarle para la ceremonia, en la que, según se entera Fernando con susto y con disgusto, la espada real tenía la punta mirando para el suelo. Y así fue, por lo visto, como supo Fernando que de rey de Castilla, nada, sino tan sólo simple rey consorte, simple don-francisco-deasís. El vacío de poder dejado por la muerte de Don Enrique no le había esperado y había sido inmediatamente |
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