en su cabeza. Enderezó el tronco y su mirada halló inesperadamente el cuerpo. Su corazón empezó a latir en desorden. Una inquietud, un anhelo, un alerta, se precipitaron dentro de él, que no apartaba la vista del cuerpo yacente impelido por las rápidas descargasquesesucedíanenelsuyo.Temblóy presintió la asfixia. Hizo un esfuerzo sobrehumano para quebrar la terrible dureza de su mente, por hacer que la luz abriera grietas e iluminara al menos sus
MIR:019.28
SUCEDERII.1 - Seguir. Ir detrás en orden o en el tiempo