Si esta afirmación no correspondía por igual a los sentimientos de cada uno de nosotros, yo no advertí la diferencia. Es posible que en el curso del largo viaje en tren, el matrimonio dejara entrever algún roce, al que francamente notoméenserio.Poresoloquesucediódespuésme dejó helado. Toda la noche me había revuelto en la cucheta, como si un mal presentimiento me atormentara. A cada rato encendía la luz y miraba el reloj. Llegó