Texto contextualizado: |
otra cosa que levantarse sobre las patas traseras para arañar las puertas con las delanteras, que le sangraban entre las uñas. Arañaba y aullaba, pero al ver llegar a gente se acercó ladrando y volviendo la cabeza en dirección al cobertizo. Jano y el padre de Betina se sorprendieron al ver que las grandes puertas se encontraban cerradas por dentro. Lo habitual era que estuviesen descuidadamente abiertas de par en par. El perro seguía ladrando, empapado por la llovizna, cuando |
CAR:176.08 |