envoltorios transparentes con letreros ni cartón moldeado para hacer peso... Y, por si todo fuera poco, ¡qué mujer detrás del mostrador, qué mujer! Cuarentona, la buena edad. Fresca como sus manzanas. Se excusa con la clienta recién llegada, evidentemente deconfianza,ysonríealnuevocomprador, con los ojos vivaces más aún que con la boca glotona. -¿El señor desea? Y la voz. De verdadera stacca, de buena jaca. -
SON:040.24
SONREÍR.1 - Reír suavemente, con el gesto pero sin emitir sonidos