eran peleones, de veras. Lo dice Andrea y en eso la creo... ¡ Así los conquistaron los romanos! Ah, pero vivían como reyes. ¡ Cada vez que recuerdo aquella pareja, gozandola encima de su ataúd que le decían sarcófago...! ¡SeguroquenosonríeasíelCantanotte!» La visión de unas gafas negras sobre una calavera con el odioso diente de oro anima unos instantes la mente del viejo. «Y tú mismo, niño mío
SON:280.35
SONREÍR.1 - Reír suavemente, con el gesto pero sin emitir sonidos