cuando leíamos el último libro de Sartre y cuando lo espiábamos, le seguíamos, bebíamos sus palabras. Los chicos de Nueva York visten camisas a cuadros como Kerouac, y se lanzan al camino, viven en ese vértigo que sacude de costa a costa a América. No es posible sentarseenunacueva,clavarseenunacalle,escondarse en una casa. La droga y el alcohol arrastran a estos chicos que cantan, gritan, huyen de sus casas buscando algo desesperadamente. Como en la vieja canción,
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SENTARI.1 - Colocar(se) apoyado en algún sitio descansando sobre las nalgas