les y veía cómo, por debajo de los detalles de seducción que ella dirigía a mi hermano, se entregaba en cuerpo y alma a otro juego muy diferente. Aún recuerdo con claridad la que fue nuestra última excursión. Bene se retrasaba, entretenida, como de costumbre, enprepararcomplicadasmeriendas.Lleguéapensarque lo hacía deliberadamente, que tenía un interés especial en que se nos hiciera de noche en los eucaliptos. Pues ella se retrasaba siempre, a pesar de que tía Elisa la reprendía