rechistar, que bien negra debía de tener la conciencia, se metió el desaprensivo en la habitación y se puso a rebuscar en una maleta que tenía abierta en el suelo. La mesa de despacho y el resto del mobiliario ocupaban idéntico lugar quelavíspera,loquenomechocó,porquenohabía esperado advertir cambio alguno en la decoración. Más inexplicable se me hizo el que el sofá que el señor Ministro había despanzurrado para sacar de sus entrañas el maletín apareciera