vida --dije --se encargó de separarnos. --Eso --dijo la Emilia-- es una trasnochada tergiversacion. Le señalé la conveniencia de reponer combustible. --Ya veo --dijo-- que no quieres hablar. No seré yoquienteacusedecobardía.Atodosnoscuesta reconocer que en un instante ya irrecuperable lo apostamos todo a una sola vuelta de la ruleta antes de aprender las reglas del juego. Yo también creí que la vida era otra cosa.