decirse, geoestratégicos. Así, día a día, la estimativa de los hombres va siendo amaestrada a desviar la vista de cuanto los hechos singulares tienen de tragedia propia y definitiva (o sea, de real y verdadero fin del mundo para los que resultan arrollados)yaajustarsusentiraeseúnicocriterio,segúnelcuallosconfli locales merecen más o menos atención conforme al grado en que puedan suponer una amenaza para la Paz Mundial. De este modo, el "fantasma de un holocausto nuclear", como gustan decir los periodistas,