a la que le diese por responder a esa llamada, para confiar sus cuitas a alguien que supiese darle un consejo sabio y santo, fuese la de Inglaterra y Gibraltar, yo, ciertamente, delegaría tal cometido en otro confesor más apropiado;perosiporventuraundíalaparejaqueacudiesealaconsulta fuese, en cambio, la de España y Gibraltar, con vistas a algún posible matrimonio, me quedaría para siempre el resquemor de haber faltado a mis deberes patrios si vacilase en echar sobre mis propios hombros la