nuestras aprensiones. --Considérense ustedes en su propia casa --empezó diciendo el padre prior-- y sírvanse disculpar los modales de nuestro portero. Es buen hombre, pero con la edad se le ha agriado un poco el carácter. Lotengodeporteroporqueeselúnicoqueconserva el oído relativamente fino. Por lo demás, no solemos recibir visitas. Ya ven que ni siquiera puedo ofrecerles asiento, a no ser que se avengan a traer hasta aquí mi