di Prato. Resistiendose, Maffei baja las escaleras de la cueva. Habla solo, pero como si le acompañase Jacobo de Pazzi.) MAFFEI.- ¡Un simple mensajero! ¡Nada más! Insistí en ello, lo recordaréis. Ahora deberéis aclararlo. Deberéis aclarárseloalosjueces,oaquienesvenganaprendernos. Porque nos prenderán... Hemos fracasado, Pazzi, ha fallado el golpe. Yo lo sé. Pero vos repetiréis lo que yo os decía: no tengo pensamiento ni opinión, soy sólo la voz del