la botica de Antonio di Prato. Resistiendose, Maffei baja las escaleras de la cueva. Habla solo, pero como si le acompañase Jacobo de Pazzi.) MAFFEI.- ¡Un simple mensajero! ¡Nada más! Insistí enello,lorecordaréis.Ahoradeberéisaclararlo.Deberéis aclarárselo a los jueces, o a quienes vengan a prendernos. Porque nos prenderán... Hemos fracasado, Pazzi, ha fallado el golpe. Yo lo sé. Pero vos repetiréis lo que yo os decía: