gritando por encima de su volumen.) MARI ANGELES.- ¡Claro que sí! ¡Como el rey David!... ¡Por mi padre!... ¡Por mi padre y por el Barbas! (Sus palabras producen apenas una peligrosa impresión momentánea que rompeCriscorriendoacolocarsefrenteaMiguelydedicandole una ceremoniosa y rápida reverencia.) CRIS.- ¿Quieres bailar? (Miguel duda un segundo mientras Juan se pone en pie y va a jugar el mismo juego frente a Mari