más negra sospecha. ¡Había tanta quietud en tu cuerpo...! Parecías una figura de piedra. De pronto advertí que en el interior de la torre sólo se escuchaba mi respiración. Supe entonces que mi corazón era el único que latía en aquel lugar. Al rozar apenas tus manos, sentí un frío mortal. Tú ya te habías ido. Habías muerto en mi presencia sin que yo lo advirtiera. Después de morir Santiago, corrí enloquecida hacia el jardín, como si
SUR:110.24
LATIR.1 - Realizar el corazón o las arterias sus movimientos característicos de contracción y dilatación