- No sé si es cierto, yo no sé nada. Todos somos unos desgraciados, Villier; llevamos una vida indigna, sin esperanza, sin honor. Deja a Anaís, abandonala de una vez si ahora te propones fundar un hogar sin contar con ella; no la hagas tan desdichada. ANAIS.- Y tú, ¿de qué te mezclas? ¿Aconsejas que me abandone? ¡Valiente zorra! ZOÉ.- ¿Te sentirías menos zorra viviendo en el