bella señorita Zoé de Grignon --nombre supuesto-- no ha tenido mucha suerte en la carrera de la liviandad y ahora se encuentra mal acomodada en un «meublé», con muy pocas y pobres pertenencias y aquejada de misteriosa enfermedad. Corre el año 1850 en París y está anocheciendo. Zoé, echada en un amplio pero desvencijado canapé, se cubre el cuerpo, tan sólo vestido de un camisón, con mantas, echarpes y otras estofas de uso irreconocible. Se abre la