, pero antes de pasar. Mi trasero no despierta la menor curiosidad. (Hay una profunda amargura en el tono aparentemente tranquilo de la muchacha.) JUAN.- Siento haberte herido. GABRIELA.- Es lo que te proponías, ¿no? Lo has conseguido. Pero no te preocupes. ¿Querías mucho a tu mujer? JUAN.- Sí. GABRIELA.- Dime: si no hubiera muerto, ¿la habrías perdonado? JUAN.- (