a cenar. Y te despedíste de mí como si aquella fuera una noche cualquiera. Horas más tarde me desperté con los gritos de mamá llamandote. Decía haber oído un disparo. Sólo uno. Yo supe enseguida que habías muerto. Salieron a buscarte varias veces. Pero la lluvia, la oscuridad y el miedo les impidieron encontrarte. Al amanecer trajeron tu cuerpo sin vida. Te habías disparado un tiro, como hacía años habías anunciado.