Texto contextualizado: |
noche prolongadamente, como el lamento de un órgano tan descomunal como incansable, pero sin más organista que el estólido, casual, inanimado y arbitrario capricho de los vientos. ¿Se imaginan ustedes el perpetuo tormento que será estar expuestos a escuchar quieras que no y a la hora más intempestiva un concierto semejante? Precisamente ahora que el infierno acústico de una humanidad urbana cada vez más estruendosa suscita en muchas partes la cuestión de si no habrá que pensar más radicalmente en una normativa que |
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