la yo. EDUARDO.- He pensado mucho a quién debería dejar esta finca. Con el resto no hay problema: en partes iguales entre los cuatro. Pero esta propiedad... (Reaparece Emi con el zumo de naranja. Pero al escuchar las últimas palabras de su marido, se detiene y luego opta por marcharse sin interrumpir la conversación.)