Texto contextualizado: |
--¿Tiene usted hora? --me preguntó. Un examen tangencial y discreto me permitió apreciar que se trataba de una mujer atractiva, pese a no llevar maquillaje alguno e ir vestida de trapillo. Supuse que sería una de esas chicas de alterne que pueblan la mitología de los ejecutivos periféricos. Mientras devanaba estas y parecidas reflexiones, la chica, que por algún motivo ignorado parecía muy nerviosa, me volvió a preguntar la hora. Consulté mi reloj y dije que eran las |
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