, Eduardo la atrae hacia sí. No puede pronunciar ni una sola palabra, al igual que los demás. Silencio. Comienzan a oirse los primeros compases del Adagio sostenuto de la Sonata 14, de Beethoven. Es Emilia la que reacciona primero dando un brusco quiebro a la situación.) EMILIA.- ¡Pero bueno, leñe, ya está bien! ¿Cuánto tiempo nos vas a dejar así? ¿Es que ya no te queda fuelle ni para apagar unas velas