Claro, la esperanza... ¿Qué haríamos sin ella? Hasta papá debe conservar alguna. ¿Por qué no? RAMON.- Antes de que llegaras, nos estuvo hablando de ti. ADELA.- Mal, supongo. ¿Prefieres sustituir el tema teológico por el de papá? De acuerdo. RAMON.- Está obsesionado. Nunca se creyó la historia del vagabundo. ADELA.- También fue mala suerte aquello. Me invento un vagabundo perfecto, alto, demacrado,