los dejo a mitad de precio --propuso señalando lando una pizarra colgada de la pared en la que se enumeraba el menú del día--, porque se me están poniendo verdes y los voy a tener que tirar. --Acabamos de cenar --le dije--, pero me bebería con gusto una Pepsi-Cola bien fresquita, si la tiene. Se colgó del hombro la bayeta, metió medio cuerpo en la nevera y acabó informandonos de que se le habían agotado las existencias.