en vista de lo cual simulé unas arcadas, como si mi silencio se hubiera debido a un bloqueo laríngeo y no síquico, y me esforcé por hilvanar los desastrados flecos de mi raciocinio. --Tenías una pregunta que hacer --me animó el señor Ministro. --En efecto, Excelencia. ¿Qué tengo que hacer? --Si haces preguntas tan directas, nunca llegarás a nada --se chanceó retozón el notable--, pero no me importa contestarte sin ambages. Hay
LAB:023.20
ANIMARII - Inducir, incitar o impulsar a una acción