se que el dinero del maletín me había sido robado, porque todo me inducía a creer que en el robo del hotel ella no tenía nada que ver, pues, de haberlo tenido, no habría acudido a la cafetería; y cabía incluso la posibilidad, que su conducta y palabras ulteriores confirmaron, de que no hubiera abierto el maletín, en cuyo caso y a los fines que me había marcado, esto es, obtener su cooperación, prefería que siguiera creyendo que