un piojo en la cerveza que había pedido la Emilia. --¿Sería posible --intervine yo-- que se hubiera producido el secuestro y que las autoridades, por razones de orden público o de otra índole, lo hubieran silenciado? Acudió el camarero y María Pandora le pidió un bocadillo de sardinas y un coñac doble, hecho lo cual sacó del fardel un paquete de cigarrillos, un mechero, una agenda, un bolígrafo y unas gafas cuyas patas sujetaban sendos alambres retorcidos.