, ni el Cela, ni el castizo: es porque si pongo "pene", "falo" o "linga" me entra la risa floja y ya no puedo parar), la posición de la punta para abajo, representando perfectamente la posición íncube del varón sobre la hembra y significando en tal ceremonia justamente el mando, vendría a formar una asociación simbólica que ni pintada podría soñar jamás hallar el psicoanalista más ansioso de establecer un vínculo directo entre virilidad y poder y