se esfuerce en demostrar lo contrario el programa de los 300 millones- apenas tienen poco más que ver que la coincidencia de la lengua. Pero, sea de ello lo que fuere, lo cierto es que, a poco que se repare, la indiscutible capital mundial del machismo, su más vigoroso reducto, es hoy por hoy, y desde hace ya casi medio siglo, precisamente Estados Unidos. Si es que el machismo de un país no se ha de medir sólo por