siguen ahí, en la parábola, recogidas con certera agudeza psicológica en el dato que se basta por sí mismo para configurar toda una personalidad moral entera y veraz, como es la del que específicamente debería llamarse fariseo, y para permitirnos restaurar su prístino retrato: "Te doy gracias, Señor, porque no soy como los otros hombres..., porque no soy como ese publicano". En la esencia moral del fariseo están la relación, la comparación y la autoedificación
RAT:035.25
PERMITIR.4 - Atrever(se). Tomar(se) la libertad de hacer [algo].