la sangre de Jesús Nazareno a cambio del imperio, la Iglesia romana, salvo honrosas y emocionantes excepciones medievales, se ha interesado siempre mucho más por las leyes que por las conciencias. El doble y fabuloso negocio y contubernio de Nicea le permitió a Osio poner al servicio de la santa casa los inmensos poderes del imperio, y a Constantino, con el inapelable refrendo moral de la aprobación eclesiástica ecuménica y la aureolada autoridad y universal prestigio de protector de la fe -de una
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PERMITIR.1 - Dar, la aoturidad competente, el consentimiento para que se realice [algo].