que las contabilice, repartiendolas en columnas de pérdidas y de ganancias. No, no serán, en modo alguno, los fines de la Causa ni los concretos logros a ella referidos los que acrediten la persona del viejo luchador y midan su grandeza, sino que, por el contrario, será él, su gallarda y venerable figura, sus terribles costurones, su capital de hazañas, su personalidad plena de cumplimientos, su entero ser, lo que será erigido y esgrimido por