cuidado de no exagerar la nota y ponerte tan amiga, tan amiga, que ya no vea en ti a la mujer. Y sin embargo, dejarse «ver como mujer» no quería decir escotarse un poco más o cruzar las piernas sin ponerse el parapeto del bolso delante, como era lo habitual. Se trataba más bien de una estrategia hecha de dulzura y comprensión. Era la que, según decían, daba resultados. Incitando al hombre a que hablara