Cierra los ojos para anular su desconcierto. Huir. Al fin la cabeza entiende la intención. Huir. Aún dispone de tiempo. Tiempo. Hasta el amanecer. La cabeza se dispara en esa dirección. Huir. Huir. No hay otra esperanza. Su cuerpo se descompone en mil movimientos contradictorios. La escena siguiente lo sitúa en la calle. Ha bajado sin sentirlo. No bien hubo ganado la calle, un golpe de pánico le volvió a introducir en las sombras
MIR:064.12
DISPARAR - Lanzar, o hacer que un arma lance, un proyectil