un golpe de maza y temblaban. Caminaba descompensado, dando bandazos, lleno de plomo, la mirada vidriosa por causa de la fatiga. Una vez más, detuvo sus pasos. Se hallaba en el límite de sus fuerzas. Le invadía esa placidez que anuncia el desmayo final, la entrega definitiva al cansancio. Con sus pasos detuvo también su mente. Prefería no ahondar en la memoria ante el temor de arrastrar consigo otros fantasmas que, esos sí, ya creía olvidados.
MIR:106.08
INVADIR - Ocupar un lugar (especialmente, como acción de guerra y/o causando perjuicio)