, extendiendola por todo el rostro mojado, rabioso y llorando más y más, una pesadilla que no para de manar. Dejandose caer de rodillas, tras apartarse unos pasos del punto en que permanecía inmovilizado y llorando, hundió el rostro en el asiento del butacón. La nariz aplastada contra el cojín olía la tela polvorienta, olía esa emanación ajada y seca que adquieren las telas con el polvo de los años. El retor absorbió las lágrimas como un secante.
MIR:014.30
HUNDIR - Hacer que algo se vaya al fondo, deformar una superficie, derrumbar una construcción