Más que de nihilismo habría que hablar de hedonismo. El temple del nihilista es trágico; el del hedonista, resignado. Es un hedonismo muy lejos también del de Epicuro: no se atreve a ver de frente a la muerte, no es una sabiduría sino una dimisión. En uno de sus extremos es una suerte de glotonería, un insaciable pedir más y más; en el otro, es abandono, abdicación, cobardía frente al sufrimiento y la muerte. A pesar del
TIE:016.39
ATREVER - Decidirse [a hacer algo que resulta arriesgado]