pensaba que las luchas sociales resolverían en un sentido o en otro la ambigüedad del Estado obrero degenerado: o restauración del capitalismo por la burocracia o derrocamiento de la burocracia por el proletariado e instauración del socialismo. Así, se resistía a admitir la prolongación de la dominación burocrática sin recaída en el capitalismo. Sin embargo, un poco después, en su polémica con Max Schachtman y James Burham (1937- 1940) llegó a admitir, a regañadientes, la posibilidad de que la