corría el peligro de que otra amiga se aprovechase del privilegio de tener sentado a su lado al «acompañante» durante hora y media. Y aquello podía propiciar en ambos el nacimiento de emociones de consecuencias imprevisibles. Aunque apenas se rozaran los codos, la evidencia perturbadora de aquella cercanía física, de aquel perfil masculino atisbado de reojo en la oscuridad, propiciaba unos ensueños de intimidad que se agudizaban cuando la película contemplada era una historia de amor. La expresión de «hacer
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ROZAR.1 - Estar cerca [de algo] o aproximarse [a algo] tocándolo levemente