la sabían desempeñar bien, a reconcomerse envidiando a las amigas y a seguir ensayando delante del espejo sonrisas cada vez más escuálidas y desamparadas. Y eran cursis, «más cursis que un guante», como la señorita Adelina, cuyas vicisitudes cantó Conchita Piquer en una de sus coplas menos afortunadas, «La niña de la estación». Pero que alcanzó más popularida que ninguna, porque a la gente siempre le ha gustado mucho la gracia gorda y asistir con aquiescencia a la
USO:051.13
CANTAR.1 - Emitir [alguien]sonidos melodiosos con la voz