feliz. La conquista de la gloria y la lucha por labrarse un porvenir se consideraban temas indignos de una publicación dirigida a distraer los ocios de las futuras mujeres. Pero al niño no había que educarlo en la pasividad, convenía que se identificara desde la primera edad con aquellos héroes de papel, infatigablemente luchadores e indefectiblemente victoriosos. Lo cual no quiere decir que la identificación fuera fácil. El paso de la infancia a la madurez en una época donde en la mayoría