aparejaba, en cambio, una connotación de cobardía muy poco prestigiosa. La prueba es que de un ejemplar de estas características se decía que «no tenía media bofetada». A la chica española le gustaba mucho que sus amigas le envidiaran el novio, sobre todo si había sido «difícil de pescar». Los que no tenían media bofetada solamente podían paliar tan ingrata condición con una cuenta corriente bien nutrida o con una carrera de ingeniero de caminos o de abogado del Estado
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ENVIDIAR - Sentir envidia hacia una persona o por una cosa.